¿Cómo son los síntomas de implantación del embrión durante FIV?

Los síntomas de implantación intrigan a las mujeres que aguardan con esperanza haberse quedado embarazadas. En concreto, estas se esfuerzan por reconocer cualquier indicio de que el embarazo se ha logrado y están atentas a cualquier señal de su cuerpo, como dolores en la zona de los ovarios e incluso el conocido sangrado de implantación.
Por lo tanto, en este artículo vamos a tratar de explicar en qué consisten los síntomas de implantación.
¿Cómo es el sangrado de implantación y por qué se produce?
Este sangrado se produce en las primeras semanas de gestación, pues al adherirse el embrión a la pared del útero pueden romperse pequeñas venas y arterias que ocasionan un pequeño sangrado. Aunque esto no siempre ocurre, o pasa inadvertido a la futura madre (solo lo notan un 20 % de mujeres).
La implantación es una fase delicada, cuyo éxito depende de la calidad del embrión, de la receptividad del útero y de la correcta sincronización de ambos.
Por lo tanto, estos síntomas de implantación suelen suceder en un periodo concreto. Así, se producen entre los días 20 y 24 de un ciclo menstrual normal de 28 días. En estos periodos, la ovulación se presenta normalmente en el día 14 de ciclo.
Otras señales que pueden delatar la implantación antes incluso de que un test de orina lo confirme son los siguientes:
- Aumento y/o dolor en los pechos.
- Micción frecuente. Así, la incipiente embarazada puede experimentar una gran necesidad de orinar de manera frecuente, ocasionada tanto por las hormonas del embarazo, como el aumento del volumen de la sangre e incluso derivada del propio crecimiento del útero.
- Somnolencia.
- Sensibilidad y molestia ante ciertos olores.
- Náuseas, pues no hay que olvidar que la mayor presencia de hormonas, que van aumentando paulatinamente desde las primeras semanas del embarazo, son las responsables de esas náuseas típicas de la embarazada.
- Etc.
También el dolor abdominal que suele ser confundido con las molestias típicas de la menstruación cuando está a punto de bajar, pero la regla no acaba de presentarse y las molestias cesan. Es en ese momento cuando la mujer puede detectar un retraso.
El test ERA mejora las tasas de implantación
Recientemente, un estudio de carácter independiente ha demostrado que el test ERA resulta muy eficaz para mejorar las tasas de implantación de embriones euploides o normales.
En concreto, ERA es un test genético personalizado para diagnosticar el estado de receptividad del endometrio en la ventana de implantación de la mujer. Pero ¿qué es la ventana de implantación? Esta última se define como el periodo de tiempo en el que el endometrio del útero materno reúne las condiciones más propicias para la implantación embrionaria.
Sin embargo, en ciertas ocasiones, esta ventana se encuentra desplazada. Así ocurre en 3 de cada 10 mujeres. Por lo tanto, para el éxito de la implantación es vital detectar el momento concreto en que esto sucede. De lo contrario, puede fracasar la tentativa.
Este test, por lo tanto, permite que se pueda realizar la transferencia embrionaria de una forma personalizada y ello mejora las posibilidades de quedarse embarazada en el tratamiento de reproducción asistida.
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