¿Qué elementos que influyen en la fertilidad de la mujer?

La fertilidad es la capacidad de concebir un bebé; es el resultado de la unión de gametos masculinos y femeninos. El problema de la infertilidad es más común de lo que puedes pensar. Afecta a una de cada seis parejas. El 40% de las veces se debe a factores masculinos, otro 40% es debido a factores femeninos y el 20% restante corresponde a factores mixtos, o razones de origen desconocido.
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Las causas que provocan infertilidad pueden ser físicas, hormonales, por el estilo de vida, o ambientales
Infertilidad y esterilidad
Antes de nada, es importante que conozcas la diferencia entre los conceptos de infertilidad y esterilidad, ya que a menudo se usan como sinónimos, pero no lo son.
La esterilidad es la incapacidad de lograr un embarazo después de un año de intentar tener un hijo (sin utilizar ningún método anticonceptivo).
La infertilidad es la incapacidad de dar a luz a un bebé. En otras palabras, la mujer puede quedarse embarazada, pero el bebé no nace vivo, debido a defectos de nacimiento o complicaciones durante el embarazo.
Factores que influyen en la fertilidad de la mujer
Los factores que influyen en la fertilidad de la mujer son los directamente relacionados con el ciclo menstrual. Si hay algún desarreglo con respecto al proceso normal del ciclo o sus fases, aparecen problemas de fertilidad.
El ciclo menstrual
Es la forma en la que el sistema reproductor femenino se prepara para el embarazo. El ciclo menstrual dura aproximadamente 28 días y la ovulación se produce alrededor del día 14. Sin embargo, solo el 15% de las mujeres tienen ciclos de 28 días. Los ciclos con una duración entre 21 y 35 días se consideran normales.
El período fértil va desde el día 7 hasta el día 20 del ciclo. Estos son los días óptimos para buscar el embarazo. También debes saber que, mientras que los espermatozoides tienen una vida media de 3 a 5 días, el óvulo (una vez liberado), solo vive de 4 a 12 horas. Esto significa que, si tienes relaciones sexuales 2 días antes de la ovulación, los espermatozoides seguirán vivos y mantendrán su capacidad reproductiva. El ciclo menstrual es un proceso controlado por hormonas que consiste en dos ciclos simultáneos: el ciclo ovárico y el ciclo endometrial.
El ciclo del ovario
El ciclo ovárico tiene como objetivo la maduración de los ovocitos y la producción de hormonas para que, si se produce la fecundación, se pueda implantar el embrión. Consta de dos fases:
- Fase folicular: responsable de la maduración de los folículos. Sólo un folículo madurará y se convertirá en un folículo de Graaf. El resto se transformará en cuerpos fibrosos. La hormona principal que actúa en esta fase es la hormona estimulante del folículo (FSH). El período en que una mujer es fértil va desde el día 7 hasta el día 20 de su ciclo. Estos son los días óptimos para lograr la fecundación. La ovulación tiene lugar el día 14 del ciclo, coincidiendo con el aumento de la hormona luteinizante (LH). Un óvulo maduro es expulsado hacia la trompa de Falopio, dentro de la cual puede ser fecundado.
- Fase lútea: la LH produce transformaciones en el folículo y lo convierte en un cuerpo lúteo. El cuerpo lúteo puede segregar estrógeno, progesterona y producir cambios en el cuerpo de una mujer.
El ciclo endometrial
La función del ciclo endometrial es preparar el endometrio (la capa mucosa del útero), de modo que pueda nutrir el óvulo fecundado en caso de que se produzca la implantación. Se divide en tres fases:
- Menstruación: es el desprendimiento del endometrio junto con la inactivación del cuerpo lúteo. Dura entre 2 y 7 días, dependiendo de la mujer. Es la primera fase del ciclo, marca el comienzo del ciclo actual y el final del anterior.
- Fase proliferativa: el endometrio se ha desprendido durante la menstruación, tiene un grosor de 1 o 2 mm y comienza a espesarse nuevamente. El estrógeno actúa al convertir las glándulas endometriales: antes de que fueran rectas, angostas y cortas; ahora se vuelven largas y retorcidas.
- Fase secretora: la progesterona aumenta aún más el grosor, el número y el tamaño de los vasos sanguíneos que lo nutren. Las glándulas endometriales obtienen la capacidad de acumular glucógeno, una reserva de energía de carbohidratos que se puede transformar en glucosa cuando el cuerpo lo requiere.
Los problemas en los ovarios también pueden afectar a la fertilidad de la mujer. Los ovarios son las glándulas reproductoras femeninas responsables de secretar hormonas sexuales y producir óvulos. Las dos causas principales que provocan problemas de fertilidad son la insuficiencia ovárica primaria y el síndrome de ovario poliquístico.
Insuficiencia ovárica primaria
Al nacer, las mujeres tienen 1 o 2 millones de folículos ováricos que, con la llegada de la pubertad, se reducen a aproximadamente 500.000. Esta reserva va disminuyendo a lo largo de la vida de la mujer. De los millones con los que se nace, solo unos 400 o 500 madurarán. Las mujeres dejan de producir ovocitos al nacer, por lo que, llega un momento en que la reserva folicular se agota y dejan de ser fértiles. Alrededor de los 40 años, la fertilidad de la mujer se reduce significativamente y continúa disminuyendo hasta la menopausia.
La insuficiencia ovárica primaria sucede cuando los ovarios dejan de funcionar con normalidad antes de los 40 años. Se manifiesta con ciclos menstruales irregulares y una reducción significativa de la fertilidad. Se conocen algunos factores de riesgo como la herencia, las enfermedades autoinmunes, las infecciones virales, el síndrome de X frágil, el síndrome de Turner y los tratamientos con radioterapia y quimioterapia, pero en el 90% de los casos, se desconoce la causa exacta.
La insuficiencia ovárica primaria (también llamada insuficiencia ovárica prematura) tiene síntomas muy similares a los de la menopausia: sofocos, irritabilidad, disminución de la libido, dolor durante el coito, sequedad vaginal, etc. Sin embargo, no debe confundirse con menopausia prematura ya que, algunas mujeres que tienen insuficiencia ovárica siguen teniendo la menstruación ocasionalmente y pueden quedarse embarazadas.
Síndrome de ovario poliquístico (SOP)
El síndrome de ovario poliquístico es la principal causa de infertilidad femenina, es causado por la producción excesiva de hormonas sexuales masculinas en los ovarios. Esto provoca el crecimiento de los quistes, que, en consecuencia, crean ovarios con un volumen de líquido y un número de folículos mayores de lo habitual.
Los síntomas característicos son: hirsutismo (exceso de vello en la cara, tórax, abdomen o muslos), acné, obesidad y menstruación irregular con ciclos que duran más de 35 días (a veces, sin ovulación).
Otro problema que puede afectar a la fertilidad de la mujer son los desarreglos en el endometrio. Se trata de la capa de tejido mucoso del útero, donde se desarrolla el bebé si se produce la fecundación. Los trastornos más comunes que surgen en el endometrio son tener una ventana de implantación desplazada y la endometriosis.
Ventana de implantación desplazada
Durante cada ciclo menstrual, las hormonas sexuales son responsables de preparar el endometrio para la posible llegada de un embrión. Después de la fecundación, el embrión atraviesa las divisiones celulares hasta el sexto día, cuando tiene lugar la implantación.
La ventana de implantación (o período de receptividad) es el período de tiempo durante el cual el endometrio presenta un entorno adecuado para que el embrión se implante. Esto sucede entre los días 19 y 21 del ciclo menstrual, unos 5 o 7 días después de la ovulación.
En algunas mujeres, la ventana se desplaza. Para estas mujeres, si un embrión se transfiere en los días habituales en un tratamiento de reproducción asistida, la posibilidad de implantación se reduce significativamente.
Endometriosis
Consisten en la presencia de tejido endometrial fuera de la cavidad uterina. Puede aparecer en las trompas de Falopio, los intestinos o la vejiga, pero, con mayor frecuencia, aparece en el ovario.
En algunas mujeres, esto produce una menstruación con fuerte dolor en el abdomen, la pelvis y la parte inferior de la espalda y, algunas veces, se acompaña de los llamados quistes ‘chocolate’ que contienen sangre menstrual coagulada. Otras mujeres no presentan síntomas, pero son diagnosticadas cuando acuden a la clínica para recibir ayudar para quedarse embarazadas.
Endometritis crónica
La endometritis es la inflamación del endometrio, la capa mucosa que recubre el útero. Puede ser causada por una infección de clamidia o gonorrea, o por una combinación de bacterias vaginales que normalmente hay dentro del útero.
Hace unos años, la creencia era que el endometrio era una cavidad estéril, libre de microorganismos. Pero los descubrimientos recientes muestran que, no solo está colonizada por microorganismos, sino que algunos son vitales para su correcto funcionamiento.
Un grupo de investigadores de Igenomix reveló que las mujeres con flora endometrial colonizada por Lactobacillus (una bacteria benigna que predomina en nuestros sistemas digestivo, urinario y genital) tienen una tasa mayor de implantación embrionaria y menos abortos involuntarios. Por lo tanto, es importante mantener el equilibrio de la flora endometrial.
En Igenomix disponemos de test que pueden ayudar a mejorar el diagnóstico reproductivo cuando la fertilidad de la mujer está afectada con problemas del endometrio.
- Test ERA (análisis de receptividad endometrial): permite identificar con exactitud la ventana de implantación de cada mujer de modo que, se puede realizar una transferencia de embriones personalizada (pET). Gracias a ello, se ha conseguido un aumento en el éxito reproductivo en los tratamientos de reproducción asistida. Este test está indicado para mujeres con fracaso de implantación recurrente.
- Test ALICE (análisis de la endometritis crónica infecciosa): es una prueba de diagnóstico que detecta las bacterias responsables de la endometritis crónica. Si el resultado es positivo, la recomendación es la administración de antibióticos o probióticos. Esta prueba está indicada para mujeres que han tenido más de un aborto espontáneo o fallo recurrente de implantación.
- Test EMMA (análisis metagenómico del microbioma endometrial): determina el porcentaje de bacterias en el endometrio con el fin de mejorar el pronóstico reproductivo de las mujeres. Incluye el test ALICE, para que también detecte la presencia de bacterias patógenas. Indica si el ambiente microbiano del útero es adecuado o no para la implantación de embriones. Esta prueba está indicada para cualquier mujer que quiera quedarse embarazada, pero especialmente para aquellas que han tenido fracasos de implantación recurrentes.
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