Adopción de embriones: experiencias reales

La adopción de embriones es una solución de reproducción asistida dirigida a parejas heteresexuales que no pueden usar sus propios gametos, parejas de mujeres y mujeres sin pareja. Es un procedimiento sencillo, rápido, eficaz y menos costoso que otras técnicas de reproducción. En contrapartida, su principal desventaja es el duelo genético, es decir, la decepción que el bebé no va a heredar la carga genética de la madre y/o del padre.
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¿En qué consiste la adopción de embriones?
Básicamente se trata de transferir a la futura madre embriones ya fecundados que la clínica suele tener congelados, procedentes de anteriores pacientes que han dado previamente su consentimiento para ser cedidos a una mujer que quiera adoptarlos.
Normalmente solamente es preciso una preparación endometrial mediante la administración, ya sea vía oral o con parches transdérmicos, de estrógenos y progesterona. También se realiza una ecografía para valorar el momento óptimo de la transferencia.
Ventajas de la adopción de embriones
- Es un tratamiento rápido si la clínica de fertilidad dispone de embriones listos para ser descongelados y transferidos al útero de la paciente.
- Es un método sencillo y poco invasivo, ya que no se precisa estimulación ni punción ovárica para obtener óvulos propios.
- Se reducen considerablemente los costes en comparación con otros tratamientos de reproducción asistida.
Experiencias reales: el peso del duelo genético
Para Raquel, comercial de 41 años, “asumir el tener hijos que no van a llevar nuestra carga genética es duro. Lleva su tiempo y no todas las personas lo superan. Es curioso, muchas veces vivimos acomplejados por los rasgos físicos que hemos heredado. Sin embargo, cuesta horrores imaginar tener un hijo sin nuestra carga genética. Queremos y deseamos que se parezca a nosotros.”
Mónica, abogada de 38, confiesa que “se plantean dudas en relación a cuál será la vinculación con el niño. Se experimenta frustración, miedo y dolor. Pero hay que afrontarlo. En mi caso, una vez asumido que el bebé no llevaría mi carga genética, no pude evitar imaginarme embarazada y, unos cuantos meses después, estaba llorando de felicidad en el quirófano de un hospital junto a mi marido y nuestro bebé”.
Los psicólogos recomiendan centrarse en el objetivo final: tener un hijo
En ocasiones se llega a la adopción de óvulos tras haber probado sin éxito otros métodos de reproducción asistida, como la inseminación artificial o la Fecundación In Vitro (FIV). Pero independientemente de que la ovodonación sea una opción alternativa o se haya escogido como primer método, los psicólogos recomiendan, una vez pasado un tiempo prudencial para superar el duelo genético, centrarse en el objetivo final: tener un bebé y, a partir de ahí, enfocar la mente en los sentimientos positivos generados.
Para superar la decepción inicial lo importante es no luchar contra los sentimientos, sino dejar que fluyan, aceptarlos, hablarlos con la pareja, con amigos y amigas de confianza, con otras personas que hayan pasado por una situación similar y, si es necesario, pedir ayuda a un psicólogo o terapeuta.
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